Hoy 22 de diciembre, es el día de la esperanza bajo la“ buena suerte”. Mañana es el día de la salud.
A partir de ellos, damos pago a la celebración de las Fiestas de Navidad, de Nadal, de conmemoración de alguien que nació ahora hace 2016 años, pero, para mi estas fiestas, al igual que cada día, son las/los de la vida, ya sea con esperanzas anuales o diarias, pues cada día la vida, nos da una oportunidad nueva. Importante y que es deseable que aprovechemos.
Hoy, he ido al cole de mi hija, para ver su actuación en el festival, se hace grande, y es un regalo verla crecer, verla disfrutar, con cosas tan sencillas. Me recuerda aquellos momentos con el resto de mis hijos, igual de especiales y rango, llenos de propósitos, de buenos propósitos.
Ya están aquí las Fiestas y empiezan los preparativos: Los regalos, la decoración, el menú de la cena, el lugar donde reunirse…La pregunta inevitable: ¿Cuántos vamos a ser el día 24?. En la respuesta aparecen las “sillas vacías”, las personas que no están, las personas que están lejos, las que la vida llevó, por otros caminos, la que eligió no estar, la que se enemistó, las que se fueron para siempre.
Aparece la tristeza, las “sillas vacías”, duele y se añora ese abrazo contenido y prolongado, que no va a llegar.
Extraño sus sonrisas, y los ojos, se llenan de lágrimas…, pero, es la realidad y se acepta. El amor incondicional implica respeto y, aceptación.
Entonces, suspiro hondo y giro la cabeza, veo las “sillas ocupadas”, son las personas que me aman y sonrío.
Es parte de la vida: pérdidas y ganancias.
Así que voy a brindar el 24, 25, 31, 1…con lágrimas contenidas, por las “sillas vacías”, pero también sonriendo desde el alma, por “las sillas ocupadas”.
¡Feliz, sí!.
Feliz, a pesar de la tristeza.
Ser feliz, no es necesariamente estar alegre, la alegría, es una emoción pasajera, que termina cuando el buen momento finaliza.
La felicidad es otra, es un estado del alma. Ser feliz, es estar en paz. En paz, sabiendo que estoy recorriendo el camino correcto, el que coincide con el sentido de mi vida, el de mis errores y triunfos, con mis miedos y mi coraje.
Mi camino, el que yo elegí... en algún momento me ha sido condicionado. Un camino, en el que hice todo lo que pude, por los que no están, a los que me brindé sin condiciones, a los que amé.
Posiblemente tú, tendrás como yo, “sillas vacías” en tu mesa, éste 24.
A pesar de eso y por eso, te deseo una Feliz Navidad, ojalá puedas estar feliz y en paz contigo mismo, como con mis múltiples defectos, yo lo soy.
Yo elijo ser Feliz, mirando mis sillas que aún están llenas, levanto mi copa, y agradezco por tenerlas llenas, las vacías, las completo en mi corazón con los buenos recuerdos, de cuando estaban ocupadas.
¡¡¡FELICIDADES!!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario